domingo, 22 de abril de 2012

Damien Hirst en la Tate Modern

Me he hecho "member" de la Tate Modern, una forma económica de tener acceso a las exposiciones temporales (que salen a unas 15 libras cada una). En París, dBt se ha hecho el pase del Centre Pompidou. Cada uno tiene derecho a llevar un acompañante así que tenemos por delante un año de acceso ilimitado a los dos centros. 

La colección permanente de la Tate Modern no me dice gran cosa, al menos por ahora. Tal vez tenga que hacer alguna de las visitas guiadas gratuitas para empezar a cogerle el gusto. Sin embargo ahora mismo hay dos exposiciones temporales interesantes. La principal es de Damien Hirst, un artista muy polémico,  el de la calavera con diamantes. La exposición reúne sus trabajos más representativos: un tiburón en un bloque de formol,  vaca y cordero diseccionados también en formol, ... una cajas transparentes con miles de moscas (la mayoría muertas) con una cabeza real de vaca ensangrentada...  Sí, todo bastante desagradable. Otras salas son más llevaderas: pastillas de todos los colores y tamaños perfectamente alineadas, estanterías llenas de cajas y botes de farmacia... Una piscina de colillas... En fin, que no deja indiferente.  

Otra exposición es de la japonesa Yayoi Kusama, a la que vimos hace poco en el Pompidou. Esta exposición me gustó bastante más.  Sus "puntos" están por todas partes en la Tate Modern, también en la cafetería de la planta 7ª....  Creo que la comida con vistas sobre el Támesis y St Paul ha sido lo más relajante de esta visita.